domingo, 25 de mayo de 2008

Voy como un perro callejero, siempre con prisa, aunque sin destino fijo, paso como un fantasma en la vida de las personas que quiero, me quieren y sobre todo en las de aquellas que quiero que me quieran, mi pesencia es como neblina en sus caras.

Voy como una piedra, de tumbo en tumbo.

Soy como casandra y sus visiones, extraña e incomprendida

Finalmente sólo soy lo que he sido siempre y que seguramente NUNCA dejaré de ser, a pesar del alto precio que pago a diario por ello, hoy no es día inteligente y no sé ir más allá, sólo lo siento

1 comentario:

Anónimo dijo...

en el caso de ser piedra, recuerda que una y otra y otra vez se tropieza, a veces aproposito, por que caerse no simpre es malo

cuidate

te kelo

chao!!