Voy como un perro callejero, siempre con prisa, aunque sin destino fijo, paso como un fantasma en la vida de las personas que quiero, me quieren y sobre todo en las de aquellas que quiero que me quieran, mi pesencia es como neblina en sus caras.
Voy como una piedra, de tumbo en tumbo.
Soy como casandra y sus visiones, extraña e incomprendida
Finalmente sólo soy lo que he sido siempre y que seguramente NUNCA dejaré de ser, a pesar del alto precio que pago a diario por ello, hoy no es día inteligente y no sé ir más allá, sólo lo siento
1 comentario:
en el caso de ser piedra, recuerda que una y otra y otra vez se tropieza, a veces aproposito, por que caerse no simpre es malo
cuidate
te kelo
chao!!
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